Cuando se fundó el estado de Israel (1948) grandes grupos de judíos de los países árabes y musulmanes fueron masacrados y expulsados violentamente de sus hogares y de sus comunidades ancestrales. De hecho, más del 90% de la población judía de Irak y Yemen se vio obligada a escapar llevándose consigo sólo sus vidas. Fue 1947 cuando la ONU adoptó la resolución 181 y resolvió dividir el «mandato británico» en dos Estados: uno judío y otro palestino. Aunque la comunidad internacional y el pueblo judío aceptaron la resolución 181 de la ONU, todas las naciones árabes que rodeaban al naciente estado de Israel juraron de inmediato exterminar al recién nacido estado judío. Para finales de los años 70, 900.000 judíos habían sido violentamente expulsados de los estados islámicos y de las naciones musulmanas. Sin embargo, a lo largo de la era moderna, la comunidad internacional y los activistas de los derechos humanos han centrado sus esfuerzos de forma abrumadora en los 360.000 palest...