Eran niños de entre 8 y 12 años que trabajaban en las minas de carbón en algunas partes de Estados Unidos, principios del siglo XX.
El uso de estos niños comenzó alrededor de 1866. Trabajaban 10 horas al día, seis días a la semana, sentados sobre conductos y cintas transportadoras, separando pizarra y otras impurezas del carbón.
Aquellos que trabajaban encima de conductos detenían el flujo de carbón con sus botas, retiraban las impurezas y luego permitían que el carbón continuara hacia el siguiente niño para más procesamiento. Otros desviaban el carbón hacia un conducto horizontal donde lo limpiaban antes de dejar que fluyera hacia contenedores de carbón “limpio”.
El polvo del carbón era tan denso que los niños a menudo llevaban lámparas en la cabeza para poder ver, y las enfermedades como el asma y el pulmón negro eran comunes. Además, el lavado del carbón para eliminar impurezas generaba ácido sulfúrico, que quemaba las manos de los niños que trabajaban con él.
fuente remitida: «Y. Mendiola»
Desde el principio del desarrollo humano se ha usado a los niños, hijos de "no propietarios" para ese tipo de labores.
ResponderEliminarAún hoy se hace de otras formas.
Mientras no se asuma por los expertos que el sistema ha de cambiar hacia criterios de igualdad nada cambia