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LA MANO,LA VIDA, LA PLUMA... LA MANO, LA VIDA, LA PLUMA... ...cosas de la vida, que pasan,,...

LA MANO,LA VIDA, LA PLUMA...  LA MANO, LA VIDA, LA PLUMA... ...cosas de la vida, que pasan,,...
Tiramos de «la pluma» y nace un escrito para trasmitirlo. Igual con lo que otro puede decir y nos identificamos: lo brindamos y lo compartimos... Como algo más que nos hace saber que estamos. La fotografía o el dibujo lo capta... todos te abren las puertas de la imaginación. @AmonsuMontul -(aquelsoy)

FRENTE A LA -DOXA-: «EL CRITERIO»... que de niños vale; de adultos nos diferencia. (aquelsoy). AM

LAS CAMELIAS DE UNA DAMA: de A.Dumas a la opera con Verdi y a la leyenda desconocida...

 



    En enero de 1847, una joven de rostro pálido y mirada melancólica agonizaba de tuberculosis en París. Tenía apenas veintitrés años y ya era una leyenda. Su nombre era Marie Duplessis, la más célebre de las cortesanas del siglo XIX, inmortalizada más tarde por Dumas hijo como La dama de las camelias e inspiradora de la ópera más famosa de Verdi: La Traviata.
  
      Pero Marie no nació entre terciopelos ni camelias. Llegó al mundo como Rose Alphonsine Plessis, el 15 de enero de 1824, en un hogar pobre de Normandía, entre el alcohol y la violencia. Su padre, un vendedor ambulante de carácter áspero, la vendió a un hombre cuando ella tenía apenas catorce años. Así llegó a París.
    
    Comenzó lavando ropa en una lavandería, analfabeta y sin futuro, pero su belleza era magnética: ojos oscuros, piel luminosa, un rostro inolvidable. Pronto comprendió que su apariencia era su única moneda, y empezó a escalar en el mundo de las cortesanas. Primero fue grisette, luego lorette, hasta convertirse en reina de los salones y teatros parisinos.
    Adoptó el nombre de Marie Duplessis, cultivó modales refinados, aprendió a leer y escribir, y asistía a óperas y cafés de moda. Cada día recibía camelias frescas, símbolo de su elegancia y también de su enfermedad. Porque detrás del lujo, Marie luchaba en silencio contra la tuberculosis, la “plaga blanca” que consumía su juventud.
    
    Sus amantes fueron muchos: nobles, artistas, músicos. Alexandre Dumas hijo se enamoró de ella, aunque no pudo costear su compañía. Años más tarde la convertiría en personaje literario. Franz Liszt la amó también. El conde Edouard de Perregaux llegó a casarse con ella en Londres, aunque el matrimonio no fue reconocido en Francia.
    Murió el 5 de febrero de 1847, sola y sin fortuna. Su funeral reunió a muchos, pero su verdadero legado vino después. La novela de Dumas y la ópera de Verdi convirtieron su breve vida en un mito trágico. Una flor marchita demasiado pronto. Un corazón que brilló, incluso en la oscuridad.
fuente remitida: «Datos históricos»
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